Primero me gustaría que leyeras la historia de Jesús y la mujer samaritana (Juan 4:1-42)
Esta mujer de quien se narra en esta historia se encuentra sedienta, herida incluso despreciada y poco amada. ¿Te has sentido alguna vez así? ¿Te has sentido sediento(a), herido(a) o rechazado(a)?
Esta mujer fue al pozo con la esperanza de no encontrarse con nadie, ella pensaba que sería otro día más junto al pozo tratando de satisfacer su necesidad (en este caso “SED”) Lo que ella no sabía es que esta vez iba a ser diferente, alguien la iba a estar esperando, su necesidad iba a ser satisfecha, y no su necesidad física sino su necesidad de encontrar un amor que dura por siempre. Dios tenía una palabra oportuna para ella, ya que Dios siempre te habla en el momento en que más necesitas escucharlo.
En esos tiempos ser un samaritano significaba ser un olvidado, herido, despreciado, un “recha”, incluso se referían a ellos como “cerdos”. En otras palabras estos samaritanos eran los candidatos perfectos para un salvador amoroso, Jesús.
Si tu vienes hoy sintiéndote así, hace mucho que vienes al mismo pozo a buscar tu saciedad y no has logrado nada, haz lo hizo esta mujer (Juan 4:28) Ella dejó su cántaro, lo dejo por un lado y se fue en busca de la verdadera fuente de satisfacción, la cual es Dios.
Esta mujer llego sola al pozo, de la misma manera que tú te puedes sentir, solo(a). ¿Sabes que va a hacer Jesús? Esta vez no te dejará ir. La mayoría de veces cuando no encontramos lo que buscamos nos sentimos solos y seguimos en nuestra búsqueda SOLOS ¡pero esta vez será diferente! Hoy vas a encontrar lo que buscas, porque Dios no te dejará irte de nuevo hasta darte lo que necesitas.
Jesús vino hoy a hablarte y se pone a disposición tuya en tu vida, es tanta la disposición de El para ti que ha enviado a su Espíritu Santo. Dios lo ha enviado para que este contigo, eso quiere decir que no estas solo o sola, es esta en este mismo momento a la par tuya.
¿Qué has hecho esta semana que impida que El se encuentre a disposición tuya? NADA, no puedes hacer nada para que Dios deje de amarte, aún cuando estabas en pecado el te amaba. Esa mujer samaritana no podía hacer nada para alejarse de Dios porque el siempre está ahí. El es el Dios “que está ahí”
Jesús le quiere dar a esta mujer lo que ella necesita, en (Juan 4:10) está claramente lo que ella debe de hacer para recibirlo “SOLO DEBE PEDIR” Jesús no le pide más a cambio, solo quiere que le pida, de la misma manera, tu solo debes de pedirle.
¿Qué impide que logres esto?
¿La culpa?
¿Las heridas?
¿La vergüenza?
¿El temor?
¿Qué impedía que esta mujer pidiera el agua viva de la cuál Jesús le está hablando? ¿Qué impide que tú lo hagas? Quizá el orgullo, culpa, temor, vergüenza, heridas, etc. Jesús hoy va entrar hasta lo más profundo de tu pasado y lo va a lavar para que de una sola vez lo olvides. El vivir con estas cosas solo te van hacer creer la mentira de que Dios te ha abandonado, cuando el te dice en Hebreos 13:5 No te desampararé, ni te dejaré.
Así como ese pozo no podía saciar a la mujer, los pozos de este mundo tampoco te van a saciar. Dios hoy quiere obrar en tu vida y para eso Él comienza desde adentro hacia fuera. Los cambios verdaderos y perdurables son los que comienzan adentro. Dios te quiere dar hoy todo lo que necesites pero primero te quiere cambiar.
Quizá llevas mucho tiempo buscando que te puede llenar, que te pueda dar eso algo que necesitas, quizá ni siquiera sepas que es ese algo, igual sucedió con esta mujer. Ella pensaba que al saciar su sed física iba a encontrar lo que tanto quería. Jesús le dijo que ese pozo no la saciaría y que a cambio de eso el tiene el agua viva que sí la saciará.
Esta agua de la cuál hablar Jesús tiene ciertas características: (Juan 4: 14 “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”)
- El agua que yo le daré: No son aguas de hombre, ni de ministerios. Son el agua de Jesús. La etiqueta de esta agua dice “Agua de la Fuente de Jesús”, si tienes sed deja de andar corriendo tras los siervos de Dios y ven a Jesús, que es el único que te puede dar agua viva.
- No tendrás sed jamás: Esta agua SACIA. Ya no tendrás que estar buscando de culto en culto, de conferencia en conferencia, si Dios es quien te sacia.
- Será en Él: Lo que viene después que te la de, estará dentro de ti. No tienes que esperar una señal en los cielos para saber que Dios ya te lo dio.
- Una fuente de agua: No tiene fin, una fuente constante dentro de ti.
- Que salte: Es una fuente burbujeante, no es un charco de agua estancada, sino que es una fuente viva.
- Para vida eterna: No nos abastece solo por momentos, no es temporal. Esta agua durará por siempre.
El problema que tenía esta mujer al igual q muchos de nosotros es que ella no comprendía lo que Jesús les estaba ofreciendo es por eso que ella le dice: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. A veces no comprendemos que Jesús nos está ofreciendo el agua viva que no solo saciará lo que estamos necesitando sino también la sed de nuestra alma.
La razón por la cual muchos de nosotros nos encontramos como esta mujer es porque nuestro corazón no está satisfecho. Jesús de habla hoy de “Agua” debido a que realmente tienes sed, pero sed de algo real. Esta mujer se había entregado a la promiscuidad sexual para saciar el hambre que tenía en el corazón. De igual manera tu puedes haberte entregado a ciertas cosas o ciertas personas en busca de saciar el hambre que hay en tu corazón.
Jesús te conoce, Jesús te hace responsable por tu vida. Quizá no te hayas casado 5 veces como esta mujer, pero algunos asisten fielmente a la iglesia, aman a Dios pero viven para satisfacer los 5 sentidos naturales. Muchas veces tratamos de satisfacer esos cinco sentidos naturales con cosas externas.
Esta mujer ni siquiera con 5 maridos había podido satisfacer sus anhelos. En la actualidad hay muchos que andan corriendo de iglesia en iglesia, de célula en célula, de culto en culto. Deja de andar corriendo de marido en marido, de iglesia en iglesia y CORRE A JESÚS. El es el único que pude alimentar tu interior.
Es más, el que tengas un ministerio, o que tengas dones sobrenaturales (dados por Dios) no es lo que va a satisfacer tus anhelos ¡Solo Jesús puede satisfacerte!
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