¿Nos consume el consumismo?

Los vemos en todos lados. Cuando estamos frente al televisor, los anuncios de productos y servicios nos invaden. Después de todo, son esos comerciales los que financian la programación. Pero no es tan sólo eso. Vamos por las avenidas, carreteras y ahí están otra vez. Descomunales avisos iluminados, paletas publicitarias en los refugios peatonales nos invitan a probar lo que anuncian con atractivos llamados. Y es que la publicidad es una de las actividades más importantes del momento, capaz de mover al mercado y permitir que una empresa logre el anhelado éxito.

No obstante, muchas veces la culpamos por tildarla como la principal responsable del "supuesto consumismo" que apreciamos a diario, pese a la difícil situación económica que vivimos como país. ¿Pero es la publicidad la única culpable de todo esto? ¿Qué función cumplimos nosotros como individuos? Y como cristianos, ¿estamos actuando responsablemente? ¿Somos buenos administradores?

La publicidad adquiere un fuerte protagonismo en la vida actual. No obstante, esta actividad se ha desarrollado siempre. Incluso, nosotros mismos, día a día, nos debemos publicitar ante los demás, ya que sacamos lo mejor de lo nuestro para convivir con las personas, para conseguir nuestras metas y alcanzar nuestros sueños. Pero, ¿qué es la publicidad? "Podemos definirla como una actividad que pretende dar a conocer los productos o servicios de una manera atractiva y competitiva.

En relación con la responsabilidad que ésta tiene sobre el consumismo en las personas, nuestro invitado indicó que en cierta medida, sí puede ejercer influencia en el comportamiento de la gente. "Si uno es empresario quiere competir con los demás, tener cierto éxito y para ello, necesita de la publicidad. Pienso que no es malo promover un determinado producto. El problema surge cuando se incita a pensar que ese producto es una necesidad, sin la cual no se puede vivir. Es decir, el modo de vida se determina de acuerdo con los productos que se compran. Muchas veces, las personas piensan que al obtener cierto producto, van a adquirir mayor estima o una mejor imagen. Y en ese sentido, la publicidad puede ser responsable"

De alguna manera, gran parte de esto también se explica por la influencia de modelos extranjeros, específicamente de países desarrollados, donde la abundancia es un tópico absolutamente normal. Sin embargo, la realidad en países sudamericanos, como el nuestro, es distinta. Aun así, es evidente el comportamiento "consumista" que tenemos (aspecto que corroboramos con cada una de las llamadas al programa y a través del correo electrónico. Todos aseguraron que como chilenos, somos una sociedad consumista).El que se define como aquel consumo esencial para suplir ciertas necesidades primordiales para vivir (comida, vestido, elementos para trabajar, etc), hay un "consumismo innecesario", aquél que nos incita a tomar todo lo que hay a nuestro alrededor sin una vital necesidad.
"Cuando agregamos a nuestras necesidades primordiales todo aquello que suena muy bonito, atractivo y que son cosas que no necesitamos, ya que sólo las deseamos por placer, pos ostentar o por demostrar quiénes somos, entonces caemos en el llamado consumismo"

¿Qué debemos hacer como cristianos? Es importante ser responsables con todo lo que Dios nos da, ya que Él es quien nos bendice y pone en nuestras manos los bienes y el dinero. Por lo tanto, si hacemos un mal uso del mismo, caemos en una grave falta, por no ser fieles mayordomos de sus bendiciones. "El problema no es el dinero, sino que la utilización que uno le da a éste. Somos las personas, quienes debemos decidir qué hacer con él. Podemos transformarlo en un pecado o en un bien"

El apóstol Pablo fue muy sabio al respecto: "Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo y sin duda, nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males, es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron traspasados de muchos dolores" (1 Timoteo 6: 6-10). Es importante entonces, meditar dónde está nuestra mirada, porque como dijo nuestro Señor Jesús, "donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón".
Ahora, está en nuestras manos la responsabilidad de ser sabios con todo lo que recibimos. Es un gran desafío. ¡Adelante!

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